29 De Abril de 2013- 5:45 de la
mañana. En marcha.
El día había llegado, todos apurábamos
el momento para revisar la maleta, la mochila, la cartera, el pasaporte y otros
objetos de importancia. El momento de las despedidas fue más corto, ya que
nuestras ganas nos podían. Todos los que participábamos en los intercambios,
tanto de 3 de la eso como de 4 de la eso, en Alemania y Francia nos habíamos
reunido a las 5:55 de la mañana en el colegio para empezar nuestra gran
aventura, eso si, por diferentes caminos. A las 6 de la mañana, salimos hacia
Barcelona. Un viaje de risas, nervios y emociones que nos impedía no pensar en
ello. Sobre las 10 de la mañana, damos nuestro primer paso y nos separamos por
intercambios, hemos llegado al aeropuerto de Barcelona.
Los nervios cada vez
eran más intensos. Los de Francia, después de un buen rato de espera,
conseguimos embarcar en el avión. Una sonrisa iluminaba nuestros rostros cuando
echamos a volar, o al menos, los que no tenían miedo al despegue. 17:00pm,
aterrizaje en Basilia, Suiza. En cuanto subimos al autobús con dirección al
colegio Santa Maria (ISM) en Belfort, llego nuestro momento de pánico.
¿Entenderé el idioma? ¿Caeré bien a la familia? ¿Me recordara mi
francés/a?...Todo eran preguntas. Y por fin, después de un largo recorrido,
empieza nuestra aventura. Belfort. Todos nos levantamos del asiento y fuimos
corriendo a la ventana a saludar a nuestros correspondientes. ¡Todo iba genial!
Volver a verse con gente con la que nos unimos nos alegro ese día tan pesado.
Saludos a la familia, hermanos, perros, gatos, caballos…Cada uno, ya estaba con
su familia correspondiente. Al día siguiente, hicimos un repaso de estado en
nuestras casas, no había problema absoluto. Nuestra primera actividad consistió
en una bienvenida con los franceses enseñándonos el instituto.
Una vez acabada
la visita, nos dirigimos a un centro de información para empezar una visita a
Belfort por el fuerte del León. Todo fue perfecto, nada aburrido, foto por allí
foto por aquí…Éramos imparables. Un poquito de diversión el la bolera con los
profes hasta que llego la hora de la comida, sobre las 12 un poco pronto para
nosotros, pero admitíamos que teníamos hambre. La comida allí fue perfecta. Un
servicio excelente. Comimos un poco distribuidos por ser tantos pero eso nos
izo comer algunos con los franceses que vinieron el año pasado a Zaragoza. Una
comida muy buena. Nos reunimos con todos, ya que, habían asistido a clase
mientras descubríamos Belfort. Pasamos la tarde juntos, tanto franceses como
españoles. Y para acabar nuestro primer día, a casita a descansar y ha llamar a
nuestros padres. Miércoles, 1 de Mayo. La semana pasaba volando, nada mas
empezar el día, ya nos preguntábamos ¿Ya es miércoles? Nuestra primera actividad matinal era asistir
una hora a clase de los franceses; tecnología, historia, matemáticas… mas o
menos como España. Y después, todos nos fuimos de excursión a la frontera de
Suiza, y dimos un paseito con un barco de visita hasta llegar a la catarata de
Saut du Doubs y cuando acabamos de verla y hacer la gran foto de grupo, nos
fuimos a visitar el fuerte de Joux y volvimos sobre las 18:00 a Belfort para volver
a casa. Jueves, 2 de Mayo.
Los días pasaban, y cada vez nos volvíamos mas
tristes, pero el estar aun juntos no nos hacia pensar en que nos ibamos. A
primera hora, nos fuimos a Besançon a visitar la ciudadela, comimos sobre las
12h y con el autobús nos fuimos de visita a las Salines Royales d’Arc et
Senans. Volvimos sobre las 17h, una tarde tranquila, un día tranquilo. Viernes,
3 de Mayo. Empezamos el día en clase con los franceses. Celebrabamos nuestro
primer cumpleaños en Francia, yendo al museo Peugeot, en Sochaux, solo los
españoles. Al acabar de ver los coches, nos fuimos a un supermercado donde no
pudimos salir mas cargados de chocolates, chucherias, comida… Parecía que no
hubiéramos comido en toda la semana. Luego tocaba comer, y hambre no es lo que tuvimos
al llegar al colegio. Hicimos la digestión y nos reunimos los franceses para
empezar una tarde llena de actividades. Para empezar, realizamos un taller de
refranes bastante entretenido, donde también conocimos a Leoncio, nuestra
querida mascota de peluche representando un león.
La actividad la realizamos
con unos alumnos de primero de bachillerato y al acabar esta, nos dirigimos al
comedor donde seguimos con una actividad de autorretratos, la cual se acorto
por el tiempo y nos fuimos a arreglarnos a nuestras casas para una noche
especial. Era una cena de despedida con las familias y los alumnos
Australianos. Todo el mundo iba arreglado, cenamos todos juntos y nos
sorprendieron con un pequeño concierto que nos tocaron nuestros franceses, la
verdad, tocaron bastante bien. Nos
esperaba una noche larga para el sábado y el domingo descansar cuanto
pudiéramos. El sábado, 4 de Mayo, por la noche tuvimos una fiesta de
celebración de todos los cumpleaños que se acumularon: Andrés Herrero, Etiene (francés)
y Laura Gómez. Todo fue genial, acabamos a las 00h. Y finalmente el domingo,
algunos de los españoles quedamos en ir al Europa Park. Inolvidable.
Otros
pasaron un domingo mas familiar. Lunes, 6 de Mayo. Desastre. Depresión.
Tristeza y sobre todo, lágrimas… Llego el día que no queríamos que llegara
nunca, el día de la despedida. Pasamos una hora en clase, y seguidamente todo
fueron lágrimas y abrazos. Un momento de ¿Vendrás a España? ¿Nos volveremos a
ver? ¿Querrás volver? Te echaremos de menos. Nadie quería subir al autobús,
hasta que alguien tuvo el valor de subir primero. Nadie era capaz de mantenerse
sentado en sus asientos. Todo el mudo se asomaba al cristal del autobús para
gritar con todas sus fuerzas: Adiós. Se alejaba poco a poco el autobús, los
estábamos perdiendo, solo se veían sus manos levantadas formando corazones. Un
viaje tranquilo, depresivo… Al llegar al aeropuerto de Basilea, planeamos
perder algún pasaporte para no poder irnos. Y en vez de eso, hubo alguno que
otro que perdió la cartera. EN el avión ya, la cosa iba mas animada y al llegar
a Barcelona, algunos dejamos ya recuerdo allí.
Esperando un buen rato a los de
Alemania, decidimos ir al Maremagno, para tomar algo y relajarnos, unas últimas
compras y esperar. Llegaron, hablamos de nuestros viajes y momentos que
marcaron esa semana. A las 22:00, llegamos a Zaragoza para volver a la rutina
diaria con nuestros padres. Pero nunca se olvidara esa semana del 29 al 6 de
2013.